24/7/15

¿La terapia de reemplazo hormonal es segura o no? [24-07-15]


¿La terapia de reemplazo hormonal es segura o no?

Una investigación reciente sugiere que su uso a corto plazo está bien para aplicarla a las mujeres menopásicas más jóvenes, pero no en las mujeres mayores

¿La terapia de reemplazo hormonal es segura o no?

Se ha necesitado una década de investigaciones para llegar a una conclusión que dista mucho de ser definitiva: las pruebas indican que puede ser de utilidad a corto plazo para manejar los sofocos y otros síntomas de la menopausia en algunas mujeres más jóvenes y sanas, pero aplicarla durante mucho tiempo o más adelante en la menopausia para evitar ciertas enfermedades crónicas no es recomendable.

El lunes, el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EE. UU. apoyó de nuevo la idea de que el uso a largo plazo más adelante en la menopausia no es recomendable, en el momento en que publicaron recomendaciones afirmando que el aumento de riesgos para la salud superaba a los beneficios que pudieran extraerse de ese tratamiento médico.

Sin embargo, la comunidad médica no siempre ha mantenido esta opinión.

Durante años, era habitual aplicar la terapia de reemplazo hormonal a mujeres que sufrían sofocos, sudores nocturnos y otros síntomas perturbadores de la menopausia, normalmente con una combinación de estrógeno y progesterona o progestina (una medicación similar a la progesterona). Todo eso cambió en 2002, cuando muchos pusieron fin a esta práctica al adoptar como punto de referencia las pruebas de la Iniciativa de salud de las mujeres, en las que se constató que las mujeres en terapia de refuerzo hormonal tenían tasas más elevadas de cáncer de mama y accidentes cerebrovasculares que las que no recibían ese tratamiento.

A pesar de que el estudio de más de 16,000 mujeres reflejaba algunos beneficios, incluidos un número menor de fracturas de cadera y de cáncer de colon, se produjo un aumento en las enfermedades cardiacas, accidentes cerebrovasculares (ACV) y embolias pulmonares (coágulos sanguíneos peligrosos en los pulmones) en las mujeres que tomaron estrógeno y progestina, en comparación con las que tomaron un placebo. Estos resultados llevaron a que el estudio, que en principio debía finalizar en 2005, terminara antes.

"Después de 2002 y del estudio Iniciativa de salud de las mujeres, la terapia hormonal se dejó de prescribir. Pienso que el estudio fue sorprendente y nos dio una información muy buena, pero hay que ver en qué momento fue organizado y desarrollado, a principios de 2002 y en 2003," comentó la Dra. Anne Ford, profesora asociada de obstetricia y ginecología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte.

Las formulaciones de la terapia de reemplazo hormonal cambiaron desde entonces, y una investigación más reciente ha descubierto que algunos grupos de mujeres podrían beneficiarse del tratamiento, añadió.

Un estudio danés con 1,000 mujeres publicado a principios de este mes en la revista BMJ sugería que las mujeres que empezaban la terapia de reemplazo hormonal al principio de la menopausia y que continuaban con ella un promedio de 10 años, dejaban de estar en riesgo de sufrir un ataque cardiaco, insuficiencia cardiaca o de morir sin aumentar a su vez el riesgo de cáncer de mama o de coágulos sanguíneos.

Otros dos informes recientes sugieren también que la terapia de reemplazo hormonal es beneficiosa para algunas personas. Uno de ellos halló que era segura para el corazón, y el otro reportó que no empeoraba la memoria en las mujeres más jóvenes.

"Los nuevos estudios se han hecho bien y son muy importantes, ya que se dirigen a las mujeres más jóvenes", aseguró la Dra. Judi Chervenak, endocrinóloga reproductiva del Centro Médico Montefiore en la ciudad de Nueva York.

Aunque la nueva investigación no desmiente necesariamente los hallazgos del estudio de la Iniciativa de salud de las mujeres, tampoco tiene la fuerza de ese estudio en cuanto al número de mujeres a las que se tuvo en cuenta, afirmó. Comentó que los nuevos estudios afirman que para algunas mujeres (especialmente las más jóvenes y que no tienen problemas de salud) la terapia de reemplazo hormonal podría ser una buena opción.

"La terapia hormonal ya no es tan peligrosa como se pensó que era tras el estudio de la Iniciativa de salud para las mujeres", aseguró Chervenak. Una mujer que sufre de sofocos, resequedad vaginal u osteoporosis debería discutir las ventajas y las desventajas de la terapia con el médico.

"Es necesario que analicen el historial familiar de enfermedades cardiacas, coágulos sanguíneos y colesterol alto", argumentó. "Por ejemplo, para alguien con los triglicéridos muy elevados, el estrógeno podría afectar a esos niveles negativamente".

Hay dos cuestiones en juego, dijo la Dra. Margery Gass, directora ejecutiva de la Asociación Norteamericana de la Menopausia (North American Menopause Society).

"Quiero aclarar la diferencia entre tomar algo a largo plazo como forma de prevención y tomarlo a corto plazo cuando eres más joven y con mejores condiciones de salud para tratar determinados síntomas durante un periodo limitado de tiempo", afirmó Gass. "Recomendamos [la terapia de reemplazo hormonal] como una opción viable para el tratamiento de síntomas menopáusicos en mujeres sanas, en aquellas que no cuentan con un alto riesgo de coágulos sanguíneos, cáncer de mama ni accidente cerebrovascular".

Gass sostuvo que una investigación más reciente sugiere que las mujeres no deberían recibir la terapia de reemplazo hormonal para prevenir enfermedades crónicas asociadas con la edad.

Esa conclusión refleja la opinión actual del Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de los EE.UU., un panel de expertos independientes en la prevención y en la medicina basada en pruebas que hace recomendaciones de chequeo con respecto a varias afecciones y enfermedades.

La revisión del panel de 51 artículos publicados desde 2002 recomendó que las mujeres postmenopáusicas, incluidas aquellas que se han sometido a una histerectomía, no tomen estrógeno solo para prevenir afecciones crónicas.

El daño potencial que presenta la terapia de reemplazo hormonal supera cualquier beneficio posible de prevención de enfermedades, afirmó el grupo de trabajo.

El comunicado de prensa afirma que a pesar de que las terapias de estrógeno solo y las que combinan el estrógeno con la progestina pueden reducir el riesgo de fracturas, también aumentan el riesgo de la mujer de sufrir un accidente cerebrovascular, episodios tromboembólicos (relacionados con coágulos), una enfermedad de la vesícula biliar e incontinencia urinaria. El estrógeno combinado con la progestina también incrementa el riesgo de una mujer de sufrir demencia y cáncer de mama.

Para las mujeres interesadas en otras opciones que no incluyan medicamentos para llevar mejor las incomodidades de la menopausia, Ford sugirió el ejercicio, como por ejemplo el yoga, y una dieta saludable. Otras estrategias incluyen llevar varias capas de ropa, meditar, practicar la respiración pautada (también conocida como respiración de relajación), mantener un peso saludable y no fumar.

Ford afirmó que probablemente todavía es posible aprender muchas cosas de otras comunidades y culturas. "Al parecer la etnicidad juega un papel destacado en la manera en que las mujeres llevan la menopausia", aseguró.

Una investigación más reciente ha mostrado que las mujeres negras e hispanas tienden a entrar en la menopausia antes que las mujeres blancas, y también tienen tendencia a sufrir unos síntomas más graves.


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